Quizás muera pronto, y en ese instante, un silencio profundo se adueñará del mundo que conocí. Tal vez algunos pocos estarán a mi lado para susurrar un último adiós. Las flores marchitas adornarán mi tumba, y los recuerdos se desvanecerán como el eco de una risa lejana. Aquellos que alguna vez cruzaron su camino con el mío dirán cosas diversas. Algunos recordarán mis gestos amables, esos momentos de luz en los que fui un buen caballero y quizás un «angel» para algunos , mientras que otros murmurarán sobre mis errores, sobre ese sinvergüenza que nunca supo encontrar su rumbo.
En el registro de la vida, mi página se cerrará, y con ella, se marchará la esencia de lo que fui. No quedará ningún rastro tangible de mi existencia, como si nunca hubiera caminado por estas calles, como si nunca hubiera dejado mi huella en la arena de la memoria. La vida, en su implacable curso, continuará sin mí. El sol seguirá su curso habitual, saliendo cada mañana con la misma fuerza, y ocultándose cada noche, como un viejo amigo que no se olvida de su rutina. La única diferencia será mi ausencia, un vacío que se colará entre las risas y las conversaciones, un eco que resonará en el corazón de quienes me conocieron.
He pasado mi vida atrapado en un laberinto de preocupaciones y dudas, temiendo tanto lo que ya no puedo cambiar como lo que está por venir. He vivido en la sombra de mis propios miedos, olvidando lo más esencial: a mí mismo. En lugar de abrazar mis sueños, me he dejado llevar por las opiniones ajenas, por los murmullos que se cuelan en mis pensamientos y que, como sombras, oscurecen mi ser. He permitido que el ruido del mundo me ahogue, que las expectativas de los demás definan mi camino, mientras mi voz interior se ahoga en un grito silencioso.
En este momento de reflexión, me doy cuenta de que he sido un espectador en mi propia vida. He mirado desde la distancia, observando cómo los días pasan, cómo las epocas cambian, mientras yo permanecía inmóvil, atrapado en un ciclo de inseguridades. ¿Cuántas oportunidades he dejado escapar por miedo a lo que dirán? ¿Cuántas veces he callado mis deseos, mis pasiones, por temor a ser juzgado? Es un juego cruel, el de la vida, donde la autenticidad se sacrifica en el altar de la conformidad.
Y así, en este instante de lucidez, comprendo que la vida no debería ser una serie de concesiones y temores. No debería ser una lucha constante por encajar en moldes que no me pertenecen. La vida es un regalo, un lienzo en blanco esperando ser pintado con los colores de mis experiencias, mis emociones, mis anhelos. Es hora de dejar de lado las cadenas que me han mantenido atado a la opinión de los demás y comenzar a vivir de acuerdo con mis propios términos.
El miedo ha sido mi compañero constante, pero ya no quiero que dicte mi existencia. Quiero aprender a abrazar la incertidumbre, a bailar con ella, a encontrar belleza en lo desconocido. Quiero ser el arquitecto de mi destino, el autor de mi propia historia. Y aunque la muerte sea inevitable, no quiero que mi vida se cierre sin haber dejado una marca, sin haber compartido mis verdades, mis pasiones, sin haberme atrevido a ser auténtico.
Así que aquí estoy, en este punto de inflexión, decidido a reescribir mi narrativa. No más dudas, no más miedos. Quiero vivir con intensidad, con la certeza de que cada día es una nueva oportunidad para ser quien realmente soy. Quiero dejar que mis palabras fluyan, que mis pensamientos se conviertan en acciones, que mis sueños se materialicen en realidades.
Quizás muera pronto, pero quiero que cuando eso suceda, mi partida sea recordada como un viaje lleno de colores, de risas, de aprendizajes. Quiero que mis seres queridos recuerden no solo mis errores, sino también mis intentos de ser mejor, mis luchas por ser auténtico, mi deseo de conectar con ellos de una manera profunda y sincera.
La vida es efímera, pero en cada instante, en cada latido, hay una oportunidad para renacer, para redescubrirse, para vivir plenamente. Y aunque el sol siga saliendo y poniéndose, yo quiero que mi luz brille con fuerza, dejando un legado de amor y autenticidad que trascienda el tiempo.
